diumenge, de setembre 09, 2012

Negación por anáfora melancólica




esta es la traducción al castellano de un interesante texto que ha llegado a mis manos, me he tomado la libertad de traducir y compartir ,con el permiso del autor , porque cambiando algunas palabras y lugares puede aplicarse a cualquier país , al mio también, la historia mas infame lamentablemente es común a todos,gente como la demás gente, reprimiendo , sometiendo y en una palabra :siendo malos con los demás. 
He cambiado la foto, en el original es de la Mocidade Portuguesa, aqui sirve una del Frente de Juventudes, o de la OJE sin ir tan lejos.
 

Negación por anáfora melancólica

Yo nunca fui obligado a hacer el saludo fascista a «mis superiores». Yo nunca andé trajeado de uniforme verde y amarillo con la S de Salazar en la cintura. Yo nunca marché, en formación, los sábados, con otros pequeños en medio de cánticos y gritos militares.
Yo nunca vi a los amigos mas mayores ser llevados a la "mili" para hacer maniobras con una Máuser .
Yo nunca fui agrupado día tras día para gigantescos festivales de gimnasia en el Estadio do Jamor. Yo nunca vi la histeria generalizada en torno al "Señor Presidente del Consejo", ni el servilismo hacia el “venerable Jefe de Estado “.
Yo nunca he estado sometido al culto del "jefe", "jefe de grupo", "jefe de pelotón ", "jefe permanente", "jefe de escuadrón", "jefe de Estado ". Yo nunca me he visto obligado a escuchar los discursos sobre "Dios, Patria y Familia". Yo nunca oí gritar “ quien es el jefe ? Salazar, Salazar, Salazar” . Yo nunca tuve libros escolares que ridiculizasen a “los negros” y las “razas inferiores”. Yo nunca me enteré del “día de la Raza” . Yo nunca oí loar la acción de los “Viriatos” en la Guerra de España. Yo nunca fui obligado a leer textos escolares que invitasen a la resignación, la pobreza y al conformismo. Yo nunca fui presionado para convertirme al catolicismo y bautizarme. Yo nunca fui en grupos a llevar cosas a los pobres, políticamente seleccionados, porque así tenia que ser. Yo nunca asistí a la miseria fétida de los hospitales de los indigentes. Yo nunca vi a mis padres inquietos o asustados. Yo nunca tuve que esconder papeles en casa de vecinos o amigos. Yo nunca vi la incautación de los libros de mi padre. Yo nunca conocí de una prisión oscura llamada o Aljube en que los presos eran enterrados vivos en “establos”.
Yo nunca conviví con alguien que estuviese condenado en Tarrafal. Yo nunca supe de gente pobre golpeada, vilipendiada y perseguida y nunca vi campesinos simples ser humillados e insultados. Yo nunca vi a mi padre preso y nunca se me impidió visitarlo durante días y días mientras el estaba “durmiendo”. Yo nunca fui interpelado y amenazado por guardias cuando miraba, desde fuera,a las rejas de la cárcel . Yo nunca fui detenido en el Castelo de San Jorge por un legionario, por hablar inglés sin ser “interprete oficial”. Yo nunca fui llevado a la fuerza a una gruta , en el mismo castillo,en que había uniformes verdes y perros pastor alemán. Yo nunca vi hombres y mujeres sufriendo en la cárcel del pueblo por no querer trabajar de sol a sol. Yo nunca supe de alentejanos presos a montones , por estar cantando en la calle. Yo nunca asistí a unas elecciones falsas, nunca vi una manifestación espontanea ser reprimida por la caballería a sablazos; yo nunca sentí los disparos azotando las paredes de Lisboa, en Alfama, durante el Primero de Mayo. Yo nunca asistí a un mitin interrumpido, una charla desconvocada, una sesión de cine prohibida. Yo nunca he sido testigo de la invasión de un cine-club de jóvenes con robo de archivos, gente amenazada, carteles arrancados. Yo nunca supe del asalto a la Sociedade Portuguesa de Escritores, del encarcelamiento de sus dirigentes. Yo nunca supe de la ley del silencio y de la “damnatio memoriae”que gravitaba sobre los mas prestigiosos intelectuales de mi país. Yo nunca he tenido que hacer frente a diario con la propaganda estatal corporativa y nunca tuve que sufrir las campañas de mentalización de locutores, comentaristas y escribas de Radio y Televisión. Yo nunca me di cuenta de que hubiese censura a la prensa y libros prohibidos. Yo nunca oí decir que había asesinatos en las calles, los caminos y las prisiones. Yo nunca bajé la voz en un bar, para hablar con el compañero del lado. Yo nunca tuve que preocuparme con aquel hombre apoyado en la esquina. Yo nunca sufrí ninguna carga policial por reclamar autonomía universitaria. Yo nunca vi colegas o amigos con la cabeza abierta por las culatas policiales. Yo nunca fui llevado por la policía , en un autobús, hacia el Gobierno Civil de Lisboa por indicación de un rector perverso. Yo nunca vi a mi padre ser juzgado por un tribunal de tres jueces ejecutores, por formar parte del “organismo de las cooperativas” del PCP, con algunos comerciantes de la Baixa, contables, vendedores y otros siniestros subversivos .Yo nunca fui sistemáticamente seguido por brigadas que utilizaban un cierto Volkswagen verde. Yo nunca tuve mi teléfono vigilado. Nunca me impidieron leer lo que me apetecía, hablar cuando se me ocurriese, ver las películas y obras de teatro que quería. Nunca me prohibieron viajar al extranjero.
Yo nunca he sido descaradamente bloqueado en un concurso de acceso a la función pública. Yo nunca vi mi vida investigada , ni mi correspondencia secuestrada. Yo nunca fui precedido por la información de que “ no ofrecía garantías de colaboración en la realización de los fines superiores del Estado”
Yo nunca fui objeto de comunicados “por el bien de la nación” . Yo nunca he sido detenido. Yo nunca he tenido el servicio militar ilegalmente interrumpido por la policía civil.Yo nunca fui juzgado y condenado a dos años de cárcel por actividades que serían perfectamente cotidianas y normales en cualquier otro país. Yo nunca he pasado once días y once noches, alternas, sin poder dormir, y siendo insultado y amenazado a diario. Yo nunca tuve alucinaciones, nunca caí de fatiga. Yo nunca conocí las prisiones de Caxias y de Peniche. Yo nunca me di cuenta, entonces, de que alguien había sido perseguido, golpeado y privado de sueño . Yo nunca estuve destinado en la Companhia Disciplinar de Penamacor. Yo nunca tuve que huir clandestinamente del país. Yo nunca viví en un régimen de partido único.

Yo nunca tuve la desgracia de conocer el fascismo.
MdC

Etiquetes de comentaris: