divendres, de maig 25, 2012



 Eu sou Mogueime.... o meu nome é Ouroana *

La bella ciudad siempre sorprende. Imagino cada dia algo por descubrir escondido en el pequeño espacio que existe entre los trocitos da calçada. A pesar de eso , cuando pongo un pie na rua, sigo de forma invariable un ritual metropolitano no premeditado que pasa por los alfarrabistas, las tiendas "de cosas", el café , los dulces, la libreria Bertrand, y caminar km como si no hubiese amanhã...  
No me molestan los turistas, aunque arrasen los desayunos. Perdono a los que sacan brillo a los hombros del sr. Pessoa inmóvil  en la terraza de a Brasileira , riendose del mundo con aire serio.
En la primera mesa de dentro, por la mañana cada vez que he ido, que son todas,  hay un grupo de cuatro o cinco personas que parece que conspira agachando los hombros hasta casi tocarse unos con los otros, una señora de cabello de plata habla con aire de quien ya vió demasiado mientras sujeta con la mano izquierda un escurreplatos de hierro posado encima de la mesa de marmol recelando de que se le escape. Otro señor con traje de primavera beige gesticula con la mano ,solo llego a comprender  algun "pois foi " o "é assim" llenos de eses susurrantes. Nunca me habia sentado , pero esta vez los zapatos se alian con el espacio para hacerme disfrutar un poco del aire fresco de los años que hay dentro del famoso bar, es el tipico sitio guiri detestable por excelencia, ese al que los viajeros modernos no irian pero van,  local curioso en el que gracias a tener una fucking mind puedo desconectar y tomar uno de los mejores cafes del mundo y un pastel de nata, claro! , puedo no existir casi , no ser nadie y sonreir todo el tiempo. Es como un refugio, un "voy ahi" en el que descansar despues de haber intentado perderme sin conseguirlo.
Llego a pensar si es solo una ciudad o es un escenario inventado por un escritor donde somos personajes a punto de correr mil aventuras.
He visto cosas de no creer, fideos con leche en un minibar espectacular, he compartido peripecias de barra con un niño japones que esperaba a que me fuese al suelo con minifalda y tacones , diciendo obrigado, obrigado sin parar de reir , me he sentido bien comiendo pescado asado encaramada en un taburete tan alto que se ve todo lo que alcanza a ver la vista desde una perspectiva inusual , donde soy tan alta como lo que alcanzan a ver mis ojos : a rainha dos carapaus!
He encontrado abuelitas de 100 años que vigilan los restaurantes: é pra 'cima ,pra 'cima .. y en el primer piso hay un mundo extraordinario de piano, partituras, celebraciones , espejos ,atun delicadamente cocinado  y café "camelo", todo acompañado por las conversaciones divertidas que encadenamos meu alfacinha e eu ,y que tratan de disimular la tristeza  porque tengo que irme.
He tocado (como buena española con los ojos en los dedos) todos los libros que he querido y  he comprado algunos , he vuelto a ver gente de la cual no se el nombre que forma parte de mi imaginario ,que seguirá  ahi esperando a que vuelva, he cruzado el rio que cree que es el mar y he visto las mil luces de la ciudad desde una colina en la noche como un espectaculo de fuegos artificiales solo para dos.  

Es Lisboa , y tendré saudades siempre, ni estando alli se me curan.

*(J. Saramago , História do Cerco de Lisboa )