Negación por anáfora melancólica
esta es la traducción al castellano de un interesante texto que ha llegado a mis manos, me he tomado la libertad de traducir y compartir ,con el permiso del autor , porque cambiando algunas palabras y lugares puede aplicarse a cualquier país , al mio también, la historia mas infame lamentablemente es común a todos,gente como la demás gente, reprimiendo , sometiendo y en una palabra :siendo malos con los demás.
He cambiado la foto, en el original es de la Mocidade Portuguesa, aqui sirve una del Frente de Juventudes, o de la OJE sin ir tan lejos.
Negación por anáfora
melancólica
Yo nunca fui obligado a hacer el saludo
fascista a «mis superiores». Yo nunca andé trajeado de uniforme
verde y amarillo con la S de Salazar en la cintura. Yo nunca marché,
en formación, los sábados, con otros pequeños en medio de cánticos
y gritos militares.
Yo nunca vi a los amigos mas mayores
ser llevados a la "mili" para hacer maniobras con una
Máuser .
Yo nunca fui agrupado día tras día
para gigantescos festivales de gimnasia en el Estadio do Jamor. Yo
nunca vi la histeria generalizada en torno al "Señor Presidente
del Consejo", ni el servilismo hacia el “venerable Jefe de
Estado “.
Yo nunca he estado sometido al culto
del "jefe", "jefe de grupo", "jefe de
pelotón ", "jefe
permanente", "jefe de escuadrón", "jefe de
Estado ". Yo nunca me he visto obligado a escuchar los discursos
sobre "Dios, Patria y Familia". Yo nunca oí gritar “
quien es el jefe ? Salazar, Salazar, Salazar”
. Yo nunca tuve libros escolares que ridiculizasen a “los negros”
y las “razas inferiores”. Yo nunca me enteré del “día de la
Raza” . Yo nunca oí loar la acción de los “Viriatos”
en la Guerra de España. Yo nunca fui obligado a leer textos
escolares que invitasen a la resignación, la pobreza y al
conformismo. Yo nunca fui presionado para convertirme al catolicismo
y bautizarme. Yo nunca fui en grupos a llevar cosas a los pobres,
políticamente seleccionados, porque así tenia que ser. Yo nunca
asistí a la miseria fétida de los hospitales de los indigentes. Yo
nunca vi a mis padres inquietos o asustados. Yo nunca tuve que
esconder papeles en casa de vecinos o amigos. Yo nunca vi la
incautación de los libros de mi padre. Yo nunca conocí de una
prisión oscura llamada o Aljube en que los presos eran enterrados
vivos en “establos”.
Yo nunca conviví
con alguien que estuviese condenado en Tarrafal. Yo nunca supe de
gente pobre golpeada, vilipendiada y perseguida y nunca vi
campesinos simples ser humillados e insultados. Yo nunca vi a mi
padre preso y nunca se me impidió visitarlo durante días y días
mientras el estaba “durmiendo”. Yo nunca fui interpelado y
amenazado por guardias cuando miraba, desde fuera,a las rejas de la
cárcel . Yo nunca fui detenido en el Castelo de San Jorge por un
legionario, por hablar inglés sin ser “interprete oficial”. Yo
nunca fui llevado a la fuerza a una gruta , en el mismo castillo,en
que había uniformes verdes y perros pastor alemán. Yo nunca vi
hombres y mujeres sufriendo en la cárcel del pueblo por no querer
trabajar de sol a sol. Yo nunca supe de alentejanos presos a montones
, por estar cantando en la calle. Yo nunca asistí a unas elecciones
falsas, nunca vi una manifestación espontanea ser reprimida por la
caballería a sablazos; yo nunca sentí los disparos azotando las
paredes de Lisboa, en Alfama, durante el Primero de Mayo. Yo nunca
asistí a un mitin interrumpido, una charla desconvocada, una sesión
de cine prohibida. Yo nunca he sido testigo de la invasión de un
cine-club de jóvenes con robo de archivos, gente amenazada, carteles
arrancados. Yo nunca supe del asalto a la Sociedade
Portuguesa de Escritores, del
encarcelamiento de sus dirigentes. Yo nunca supe de la ley del
silencio y de la “damnatio memoriae”que gravitaba sobre los mas
prestigiosos intelectuales de mi país. Yo nunca he tenido que hacer
frente a diario con la propaganda estatal corporativa y nunca tuve
que sufrir las campañas de mentalización de locutores,
comentaristas y escribas de Radio y Televisión.
Yo nunca me di cuenta de que hubiese censura a la prensa y libros
prohibidos. Yo nunca oí decir que había asesinatos en las calles,
los caminos y las prisiones. Yo nunca bajé la voz en un bar, para
hablar con el compañero del lado. Yo nunca tuve que preocuparme con
aquel hombre apoyado en la esquina. Yo nunca sufrí ninguna carga
policial por reclamar autonomía universitaria. Yo nunca vi colegas o
amigos con la cabeza abierta por las culatas policiales. Yo nunca fui
llevado por la policía , en un autobús, hacia el Gobierno Civil de
Lisboa por indicación de un rector perverso. Yo nunca vi a mi padre
ser juzgado por un tribunal de tres jueces ejecutores, por formar
parte del “organismo de las cooperativas” del PCP, con algunos
comerciantes de la Baixa,
contables, vendedores y otros siniestros subversivos .Yo nunca fui
sistemáticamente seguido por brigadas que utilizaban un cierto
Volkswagen verde. Yo nunca tuve mi teléfono vigilado. Nunca me
impidieron leer lo que me apetecía, hablar cuando se me ocurriese,
ver las películas y obras de teatro que quería. Nunca me
prohibieron viajar al extranjero.
Yo
nunca he sido descaradamente bloqueado en un concurso de acceso a la
función pública. Yo nunca vi mi vida investigada , ni mi
correspondencia secuestrada. Yo nunca fui precedido por la
información de que “ no ofrecía garantías de colaboración en la
realización de los fines superiores del Estado”
Yo
nunca fui objeto de comunicados “por el bien de la nación” . Yo
nunca he sido detenido. Yo nunca he tenido el servicio militar
ilegalmente interrumpido por la policía civil.Yo nunca fui juzgado y
condenado a dos años de cárcel por actividades que serían
perfectamente cotidianas y normales en cualquier otro país. Yo nunca
he pasado once días y once noches, alternas, sin poder dormir, y
siendo insultado y amenazado a diario. Yo nunca tuve
alucinaciones, nunca caí de fatiga. Yo nunca conocí las prisiones
de Caxias y de Peniche. Yo nunca me di cuenta,
entonces, de que alguien había sido perseguido, golpeado y
privado de sueño . Yo nunca estuve destinado en la Companhia
Disciplinar de Penamacor. Yo
nunca tuve que huir clandestinamente del país. Yo nunca viví en un
régimen de partido único.
Yo
nunca tuve la desgracia de conocer el fascismo.
MdC
Etiquetes de comentaris: historias