dimecres, d’octubre 31, 2007


el cole

Cuando llegamos a las montañas mi hija tenía 9 años recién cumplidos y un carácter bastante introvertido.
En el cole de aquí tuvo muy buenos maestros, Josep Lluís y Rosa Mari, y algunos no tan buenos… como don Sebastián (a vore que paaaase ara?) y otro de cuyo nombre no quiero acordarme, y por tanto no me acuerdo, que se dedicó a decirles cosas indebidas sobre los Reyes Magos.
Tuvo muchos y buenos compañeros, algunos incluso de su época en la escuela infantil, de los que aun es amiga, eso es bueno.
Asistió aun colegio público, el más multitudinario.

Y al llegar al pueblo, se encontró con una escuela unitaria, donde compartían aula diferentes cursos, cada compañero con una edad. La primera maestra, “siñó mestra” como por allí se dice, fue doña Amparo Felip, una auténtica maestra de vocación que prefería vivir sola en un pueblito a pesar de ser de la capital. Quedó bastante harta de los coles masificados y deseaba retirarse en una escuelita pequeña, como así fue.
Javi, Jaime, Inma, Ana, David, creo que Daniel aun hizo el ultimo curso, Joaquín y Raquel eran sus compañeros, María era la mas pequeña.
La escuela era nueva, apenas tendría 2 años, un edificio agradable a la entrada del pueblo, con la fachada de obra vista y con decoraciones en rojo Burdeos. Y el frontón para hacer deporte.
Rodeado de árboles y ovejas por todos lados.
Las mamás nos turnábamos en la tarea de limpiar la escuela los fines de semana.
Ni siquiera la ensuciaban! solo algunos restos de virutas de sacar punta a los lápices de colores y pocos papeles. Una clase para las actividades y trabajos manuales, otra para el estudio, los baños, con uno pequeñito como si fuese sacado de un cuento de los 7 enanitos. El despacho de la profe y el vestíbulo que se adornaba en Navidad con una rama de pino d e los alrededores y guirnaldas de papeles de colores que hacían los pequeños. Tenia mucha luz, muchísima, ordenadores, equipo de música, instrumentos, y toda clase de material escolar.
Olía a escuela, esa mezcla de olor a madera de lápiz, goma de borrar y pegamento Imedio, que a todos nos trae recuerdos felices de tardes de sol y pruebas del 9.
Cuando nevaba era un espectáculo ver a los niños en la hora del recreo muy abrigados, lanzándose bolas, y un muñeco con los ojos de plastelina daba la bienvenida alegre a los que se acercaban a la escuela.
Un día a la semana venia el profe de inglés y otro la de gimnasia, que tenían varios coles a su cargo pero en cuanto la nieve o el mal tiempo hacia intenciones de aparecer no podían llegar, o no querían: les daba miedo quedarse incomunicados.
Cuando era el santo de la maestra invitaba a todos a una merienda y hacían una fiesta, eran de verdad muy felices, nadie suspendía porque la enseñanza era personalizada.
El colegio salía hasta en la TV como curiosidad y modelo de enseñanza rural.
Iban de viajes de estudios con otros colegios vecinos, incluso de colonias en verano.
Luego los mas mayores se fueron porque solo podian cursar allí la educación primaria.
Y quedaron Maria, Ana, y David. El colegio estuvo apunto de cerrar, porque el mínimo para dejarlo activo era de 5 niños, pero llegó una familia de inmigrantes, con una niña y un niño en edad escolar y se salvó por poco.
La inserción de los nuevos alumnos que no sabían nada de castellano y menos de valenciano fue una dura tarea para doña Amparo que ya andaba mayor. Además la diferencia cultural y de costumbres representaba a veces un handicap, a pesar de que los padres no ponían obstáculo a que los niños hiciesen lo mismo que los demás en alguna ocasión el chaval faltaba a clase para ir en su bicicleta a llevarle la comida recién hecha a su padre que guardaba un rebaño en las cercanías, o no tan cerca…
Yasin que así se llamaba, era incapaz de hablar, Asma era mas pequeña pero más despierta y pronto empezó a hablar, a escribir su nombre, y se integró perfectamente.
Una de las cosas que mas nos decidió a salir de allí fue que Maria tenia que dejar el cole para ir a un internado y quedarse toda la semana fuera, para una niña de 13 años no nos pareció Morella el entorno mas adecuado.
Al año siguiente solo iban a quedar dos alumnos, pero también decidieron marcharse.
El colegio, ya sin niños, cerró sus puertas.
María fue allí una niña feliz y aprendió mucho. No solo en clase, también con sus compañeros y compañeras. Hace 8 años que nos fuimos pero no ha perdido el contacto.

Cuando he vuelto lo que me dá mas idea del futuro que espera a los pueblos de interior, es ver las puertas cerradas y la suciedad acumulada en la escalera para subir al cole.

No hay imagen más desalentadora que la de una escuela cerrada para siempre.

Hoy he leído en el blog del meu germà un artículo sobre un colegio unitario de un pueblecito de Teruel, tienen una curiosa forma de asistir a las clases, su trabajo esta informatizado y tienen acceso a todo lo que hay en la red. Es un asunto interesante. Incluso no tienen cuadernos y escriben en un ordenador.
Suso sufre por si los niños pierden contacto con la naturaleza y se sedentarizan, yo he visto el video y las caritas, y creo que no hay peligro, en el medio rural es imposible no coger la bicicleta y salir a investigar cuevas o a cazar ranas, porque están ahí, solo han de estirar la mano.
Y los niños son niños, solo necesitan un buen tutor que les oriente.
La pena es si una día no quedan alumnos en Arinyó y la video cámara solo tenga para enfocar los Tablets abandonados en las clases vacías.

Eso si es preocupante.

Etiquetes de comentaris:

13 Comments:

Blogger g2 said...

L'autor ha eliminat aquest comentari.

31 d’octubre del 2007, a les 10:29  
Blogger g2 said...

Um dia, no futuro, vamos nascer. E ao nascer, implantam-nos, dentro da cabeça, lá não sei bem onde, um chip.

Jamais precisaremos de escola e saberemos tudo, até porque esse chip saberá usar toda a parte do cérebro que, por enquanto, não se sabe para que serve.

Bom dia, yoqueostiase.

PS: A minha professora primária chamava-se Maria de Jesus, foi minha professora durante os primeiros 4 anos de escola.

Ainda me lembro dela. Há uma parte do cérebro que não esquece as coisas boas da vida...

A escola onde ela tanto me ensinou, é que já não existe, foi demolida e no lugar dela há um largo com árvores (poucas) e automóveis (muitos).

31 d’octubre del 2007, a les 10:31  
Anonymous Anònim said...

...AAAAAAAAAAAAA....TCCCHOOOOOOMMMMM......

eish! isto tá mesmo mal...

sandro

31 d’octubre del 2007, a les 12:59  
Blogger luí said...

salut! sandro


para a tosse
sumol de limão com mel
e vicks vaporub na planta dos pés cuando ires a dormir

atencion que não estou brincar !!!
tou a falar a serio !

31 d’octubre del 2007, a les 13:09  
Anonymous Anònim said...

Plastilina,lluiseta, plastilina, aquí y en la china popular!

31 d’octubre del 2007, a les 14:20  
Blogger luí said...

quizas se entiende mejor en la china si escribo plasticine o clay

pero te juro que lo que se utiliza aquí* tambien se llama plastelina.


*aquí:adverbio de lugar. Indica el lugar en que se encuentra el hablante* o un lugar cercano a él.

*en este caso quien escribe el texto.

31 d’octubre del 2007, a les 15:07  
Anonymous Anònim said...

plastelina lo dice mucha gente, pero eso no significa que esté bien dicho!!!

31 d’octubre del 2007, a les 15:17  
Blogger luí said...

la costumbre es ley

31 d’octubre del 2007, a les 15:19  
Anonymous Anònim said...

Bom dia Luiiiii

Foto bonita!


Obg pelo panaché...caiu q nem ginjas!!!
Quicas

31 d’octubre del 2007, a les 15:24  
Blogger luí said...

ahi vivia yo , pero no he hecho esa foto, las que tengo son en papel

31 d’octubre del 2007, a les 15:29  
Anonymous Anònim said...

entonces como dice "tu" costumbre: VES al médico!!!!
HABÍAN MUCHAS PERSONAS...


tómate unos champús!!!!

31 d’octubre del 2007, a les 16:54  
Blogger luí said...

Ahi?
no habian muchas, solo eramos unos 80 ...

31 d’octubre del 2007, a les 17:59  
Anonymous Anònim said...

tola..............
petons

31 d’octubre del 2007, a les 20:35  

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