dimarts, d’octubre 16, 2007


مراكش


Al atardecer cuando el sol se esconde y tiñe de un color azul anaranjado la vida, el bullicio es impresionante. Nada que envidiar a una ruidosa ciudad europea
Miles de ciclomotores, carruajes de caballos, coches y gente a pie invaden las avenidas. Los arcos que dan acceso a la Medina practicamente están atascados de gente que entra y sale , es casi imposible pasar en coche por ahí. Pero se pasa, vaya si se pasa!
Adentrarse en el entramado de callecitas entre tiendas, talleres y vehículos de toda clase es una verdadera epopeya.
Es un agobio hasta que de pronto sale de no se donde un chaval con una mobilette que se brinda a acompañarte a cambio de unos pocos dirham, tratar de seguirlo entre el caos es otra hazaña solo para conductores con nervios de acero.
Pero si te fijas un poco desde tu asiento, la gente no esta enfadada, a diferencia de aquí en que los insultos y gritos serian habituales en medio de un atasco , allí ves unos ojos negros , una cara morena bajo un cabello rizado, una sonrisa de comprensión que hace que de golpe todo sea mas fácil.
Seguir al guia improvisado que además esta en ayunas porque es ramadán, es tarea complicada pero ya se encarga el ( y su barriga) de que no te pierdas y por fin llegas a un plaza donde como no? hay una escuela !
Se puede aparcar mal sin el peligro de que te multen y luego es necesario continuar a pie por callejones de película, entre carnicerías con los animales al aire libre, tiendas donde no se sabe como entra el garçon de lo llenas que están y lo reducido de sus proporciones, pienso que los ponen de bebés y luego los van alimentando hasta que crecen sin nunca salir de ahí.
Aladino , Indiana Jones , Ali Babá, Paul Bowles, Juan Goytisolo, Sherezade.... cualquier personaje puede cruzarse en tu camino.
Hay Hammam de mujeres y de hombres , separados claro. Y la tumba de Sidi Abdelaziz donde la gente va en peregrinación
Algun callejón no es mas que un pasadizo oscuro entre dos casas y no hay ventanas al exterior.
Calles solitarias y casi siniestras por las que vale la pena perderse, superar el puntito de miedo, porque lo que hay escondido en ellas es una delicia.
Y alojarse en un riad, que es una construcción típica magrebi, Riad significa jardín , eso puede dar una idea de lo bonitas y cómodas que son estas casas.

Cuando ves todo a la luz del sol , continua siendo un espectáculo.
Marrakech es un espacio encantado.
Solo hay que cruzar puertas , y no solo las de la Medina, también las de los prejuicios.

Un gran placer

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