diumenge, de juny 17, 2007




SAUDADES

Lo poco que vi de Setúbal me recordó a Benicarló. Salvando la distancia, la situación geográfica y la demografía .
Tengo entendido que la ciudad nunca fue muy dada a querencias españolas y no vaya a ser ahora que por hacer comparaciones,venga a generarse un nuevo conflicto internacional.

Setúbal vive al lado del Océano que aunque tenga ese nombre grandilocuente , evocador de mil aventuras y conquistas ,para mi simplemente es "la mar" como aquí decimos .
Todos los pueblos costeros se asemejan o al menos tienen algo común.
Allí el aire huele a Cuf, aquí a IFF .
Hay un puertito de pescadores parecido al nuestro, donde no me hubiese extrañado encontrar a Salvadoret con la moto, al tío Cotorra haciendo "altarcitos" con conchas , al "Almenarín" oteando a lo lejos como si esperase ver la aparición inminente de barcos piratas , al Xacano aparejando para el "tiret", a Chapa ordenando y apilando "els cadufos "para coger pulpos o a Vicenta remendando las redes que ahora ya no son de algodón..

Este es un mar tranquilo, pocas veces se cobra lo que le debemos , toco madera pero hace años que nadie se queda en el yendo a faenar o nadando.
Me gusta verlo de cerca, hablarle y escucharlo.

Esta mañana me han despertado demasiado pronto por el trabajo y estaba algo enfurecida, como el Mediterráneo cuando sopla el levante. Para no tener un mal día solo habían dos alternativas, la opción A a pesar de que la llevo en el corazón, hoy estaba lejos físicamente, la opción B está al final de la calle, y al mar me he encomendado.
A mis quejas matutinas ha respondido con bellos recuerdos.
Algunos de mis antepasados, la familia de la abuela Rosa y la tia Mª Luisa, estuvieron siempre vinculados a el.
Recuerdo tardes de verano pasadas en el almacén del tío Sebastian con mis primas, Pepa y Elena que eran mayores que yo, entre un albaricoquero al que sin permiso y a escondidas trepábamos como monas, llaves inglesas de tamaños descomunales a las que teníamos también vetado el acceso, latas de aceite de motor llenas de tuercas y tornillos, olor a gas-oil y a brea en las sogas , y escuchar continuamente en las conversaciones la palabra "caterpillar" .
Para mí, entonces, era una especie de ser superior causante de todos los males ....una vez perdida la inocencia sé que CAT ni es Dios ni el Diablo , solo una marca de motores.

En un largo y ancho corredor de la planta baja donde incluso cabía el seat 600 , la tía Pepita, hija del tío Sebastian y esposa del tio Gory que iba en la barca, desplegaba las redes para investigar delicadamente con aires de detective los agujeros por donde podían colarse los peces , luego las remendaba.
Aprendí y olvidé para mi desgracia a hacer el nudo ....La tia Mª Luisa no me dejaba jugar con las agujas de remendar que guardaba en una caja de madera como si fuesen un tesoro prohibido para mi.
Tampoco me dejaba jugar con la bascula de latón dorado y el juego de pesas, que se ordenaban desde unas pequeñisimas a otras de dos kilos , y convivían con unas monedas antiguas. Estas medidas eran utilizadas para pesar el "suquet" , las llamaban "una lliura , mitja lliura "..
Pienso si serían Tresetas del XVIII, porque pasaban de generación en generación , estaban negras y casi sin relieve.

Era de las pocas cosas que no me permitía hacer y que yo quería hacer y hacía : metía en un platito dorado de la balanza las pesas y en el otro cualquier cosa (harina, arroz o piedras ) e iba añadiendo las monedas hasta equilibrar la aguja en el centro . Esta maniobra era alternada con poner todo el peso en un lado y casi nada en el otro para que uno de los platos tocara en el suelo , hiciese "clonk" , y se abollase, con un resultado de gritos y prohibiciones que no me impedía repetir en cuanto se daba la vuelta.
...será esto el carácter mediterráneo?


A las 17 h diariamente suenan las sirenas porque los barcos empiezan a volver al puerto.
Recuerdo una tarde de mucha niebla, con el mar inmóvil, el cielo pesado encima como una losa de mármol gris, y el silencio espeso solo interrumpido por la sirena, eran antes de las cinco y bajé con mis primas y la tía Pepita al puerto.
Yo no sabia que pasaba pero las caras eran mas serias que de costumbre, nadie hablaba, yo tampoco.
La tía subió las escaleritas del muro y miraba al horizonte opaco.
Yo pregunte a Pepa, "que pase?"
-Chssstt, "Falten algunes barques"
Entonces no había gps, ni siquiera se si llevaban radar.

Luego en medio del silencio se empezó a oír el "pop pop" amortiguado de los motores , llegaron todas y nada pasó, pero la sensación de angustia que a pesar de mi corta edad pude percibir, la tengo siempre conmigo. Y se ha traducido en admiración y respeto, es como si El cada día nos dijese:todo te doy, pero cuando yo decida ,todo puedo quitarte,no te olvides.

La Cristina del bar de abajo de casa ha conseguido hacerme un café parecido al de Portugal , en la terracita tiene geranios rojos , llenos de hojas verdes...

Los turistas no madrugan y las terrazas esperan solitarias. Coincidencias asombrosas, Estival que es un italiano,pasa por la calle en ese momento hablando en português con su mujer brasileña.

No hay sol pero las nubes están altas y claras, entre ellas el azul indica que luego hará buen tiempo
El mar está precioso,tranquilo y brillante como un espejo.
O quizás no sea esto lo que parece, porque los espejos son fríos ..
Creo que mejor diré que esta precioso, tranquilo y lleno de luz como unos ojos de color cambiante.


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